almadenoche
domingo, 27 de diciembre de 2009
No es que no...
Ana, una vez más, se miró frente al espejo. Le gustaba lo que veía; no recordaba la última vez que se había puesto linda, por decirlo de alguna forma. De todos modos, no iba a pasar nada del otro mundo, pero así y todo, esperaba verle, aunque más no fuesen unos minutos.
Pero no. De repente, una tormenta le nubló la expectativa. A Ana le gustan esos días, de lluvias y relámpagos ténues, pero no esas tormentas que lo apagan todo. Justamente, había sido un "viaje relámpago". Que ironía, ¿no? Esa fue su visión, no la de Ana, obviamente...
En cuestión de segundos, lo que había resultado en una alineación de brillantes planetas y constelaciones, terminó siendo una invasión de meteoritos al universo de sus sentimientos... Y mientras forzaba sus palabras en un intento de soportar la mala suerte, se le hizo un nudo en la garganta. Estuvo a un paso de soltar una lágrima, pero no. No lloró, porque a esta altura, llorar por los hombres no está permitido. Al menos conservaría las ganas de dejar fluir el río, en algún lugar oculto de su ser. Al menos, por ahora.
"No es que no...", pero es que sí.
Poco a poco, Ana se va haciendo la idea. Le cayó tarde la ficha, pero está justificado. Difícilmente pueda pegar el sueño rápido. Eso lo descubrirá al apoyar la cabeza sobre la almohada. Mejor que lo haga ya, no vaya a ser que se quede dormida y pierda el colectivo...
viernes, 20 de noviembre de 2009
Johnny Cash - Hurt
Hacía tiempo que pensaba en esta canción, y no recordaba su nombre. Pues, busqué el video, y aquí lo dejo. A seis años de su desaparición, él sigue siendo un grande... sin dudas.
lunes, 16 de noviembre de 2009
Es de noche, y sus dedos dibujan notas en el violín. Refleja su tristeza a través de los acordes. Una música sombría, un sabor salado de lágrimas, que caen lentamente como una lluvia que no cesa.
Poco recordaba de sus clases, pero era por falta de práctica. Aún así, respiró hondo y se dejó llevar. Necesitaba canalizar sus sentimientos, de otra forma explotaría por dentro, y su alma se haría pedazos con sólo abrir los ojos.
Pensó en todo lo que pensaba día a día, una y otra vez. A veces se sentía enferma de tanto pensar, de no hallar consuelo para este sufrimiento. ¿Por qué sufriría, si lo que siente es magnífico? Y luego comprendió que cuando sólo uno siente y no sienten los dos, se sufre el doble, por amar y no ser amado.
Alguna vez dijo que la vida era absurda, vacía, porque faltaba su presencia... La vida le sigue pareciendo absurda y vacía.
Se toma unos minutos, reposa el instrumento sobre la cama, fría.
Se acerca al espejo; su imagen se fragmenta, pero cuando logra ver su rostro, cree ver un fantasma delante de ella. Intenta maquillarse pero no consigue cubrir cada uno de los surcos que dejan sus lágrimas. Apenas puede apreciarse, la luz es escasa. Poco entra por la ventana.
Presencia el silencio de su voz apagada. Quiere hablar, decir algo, pero es inútil.
Y cuando se agotan sus fuerzas, las notas desaparecen poco a poco. Sólo quedan tonos frágiles, incoherentes, que se pierden en el tiempo.
Se deja caer lentamente en su lecho, como una hoja quebradiza de otoño se hace añicos, y se sumerge en un sueño profundo, para nunca más volver a despertar.
Poco recordaba de sus clases, pero era por falta de práctica. Aún así, respiró hondo y se dejó llevar. Necesitaba canalizar sus sentimientos, de otra forma explotaría por dentro, y su alma se haría pedazos con sólo abrir los ojos.
Pensó en todo lo que pensaba día a día, una y otra vez. A veces se sentía enferma de tanto pensar, de no hallar consuelo para este sufrimiento. ¿Por qué sufriría, si lo que siente es magnífico? Y luego comprendió que cuando sólo uno siente y no sienten los dos, se sufre el doble, por amar y no ser amado.
Alguna vez dijo que la vida era absurda, vacía, porque faltaba su presencia... La vida le sigue pareciendo absurda y vacía.
Se toma unos minutos, reposa el instrumento sobre la cama, fría.
Se acerca al espejo; su imagen se fragmenta, pero cuando logra ver su rostro, cree ver un fantasma delante de ella. Intenta maquillarse pero no consigue cubrir cada uno de los surcos que dejan sus lágrimas. Apenas puede apreciarse, la luz es escasa. Poco entra por la ventana.
Presencia el silencio de su voz apagada. Quiere hablar, decir algo, pero es inútil.
Y cuando se agotan sus fuerzas, las notas desaparecen poco a poco. Sólo quedan tonos frágiles, incoherentes, que se pierden en el tiempo.
Se deja caer lentamente en su lecho, como una hoja quebradiza de otoño se hace añicos, y se sumerge en un sueño profundo, para nunca más volver a despertar.
martes, 3 de noviembre de 2009
Simplemente... obvio
No quiero tu reflejo, sólo logra que me pierda
más adentro de mi ser.
Me siento vacía, me comen los miedos,
la impotencia.
No me sirve pensarte
si no deambulo en tus días.
No me alcanza con desearte
porque no te tengo, no te puedo tener.
Me pasan las horas
pero a veces parecen días interminables.
Y no puedo evitar imaginarme
que no habito en tu mente,
ni siquiera en una parte de ella.
Supongo que siempre ha sido así.
más adentro de mi ser.
Me siento vacía, me comen los miedos,
la impotencia.
No me sirve pensarte
si no deambulo en tus días.
No me alcanza con desearte
porque no te tengo, no te puedo tener.
Me pasan las horas
pero a veces parecen días interminables.
Y no puedo evitar imaginarme
que no habito en tu mente,
ni siquiera en una parte de ella.
Supongo que siempre ha sido así.
En mis sueños...
Me duele saber que estás allí, y dada las circunstancias, sólo puedo imaginar tu rostro. Lo dibujo en mi mente, intangible, pero lo preservo. Le trazo los colores de mis sentimientos, le pongo esa sonrisa, y lo atesoro. Parece que todo fue un sueño, no un sueño más, sino ese que quería soñar. y ahora sueño despierta, sin quitar los pies de la tierra, pero tanto deseo desplegar mis alas para guardarme a tu lado, incorrompible, eterna... Estás ahí, y lo sé, todos lo saben. Pero el que no sabe de mí eres tú. Pero creo que sí sabes, sólo que no te percatas. O no quieres hacerlo, o quieres, pero no lo haces. O no sé qué quieres. Mientras tanto, sigo dibujándote, eso aplaca mis pesadillas, mis miedos, mi realidad. Puedo verte, verte ausente, porque existes, pero sólo en mi mundo. Un mundo cuyos cimientos son la ilusión, sus componentes están sostenidos por el amor, y su fachada emula a un poema que no deja de escribirse. Le pones música a mi alma, con cada palabra que tu boca reproduce. Y con esas palabras alimento mis días y mis noches, mientras mi derredor se derrumba poco a poco. Diría que ya no me afecta, pero mentiría si lo hago. Me afecta, al igual que mis anhelos, pero de formas diferentes. Me limitaré a caminar en la niebla que me rodea, como si no pasara nada. Pero seguiré dibujando, para no perder la esperanza... de encontrarte algún día.
Una estrofa de Broken Glass, por The Gathering
Un conflicto existencial...
Y de pronto, Ana se encontró en el medio de una gran confusión. Algo que creyó haber experimentado anteriormente, en otros años, otra vida, otra parte de su vida. Permanecía inmóvil por sus pensamientos, le gustaba creer que lo que sentía era de verdad, aunque sólo fuera posible en sus sueños. La realidad distaba mucho de su aventura onírica. ¿Y qué si Juan no la quería, y qué si a él no le importaba? ¿Tendría la valentía de volver a equivocarse? ¿Podría salir nuevamente de ese agujero en el que estuvo recluida durante dos penosos años? No lo sabía, su impulso la llevaba a desearlo cada vez más, tan sólo una caricia que pudiera aliviar su dolor, el dolor de vivir una vida que le parecía ajena, día tras día.
Ya no era lo mismo, buscaba otro cambio. Otro rumbo, otra dirección, otros brazos, otra boca. Otros ojos que miraran su interior, y valoraran su verdadera esencia. Otro cuerpo que se funda con el suyo, para formar la mejor de las melodías, y otro ser con el cual compartiera sus silencios y sus palabras.
Mira a su alrededor, y sólo ve monotonía... aguanta tanto como puede las lágrimas, y calla el grito de lo irrealizable. Ni el frío la espabila para reaccionar aunque sea sólo un poco, y maquina su cabeza con ideas vacías, porque no encuentra con qué llenarlas, o aún no lo ha encontrado.
Tanto cuesta arriesgarse en estos momentos, que teme caer otra vez en la depresión, y si no sale, ¿volver a lo mismo?
Y en la soledad, se refugia en las letras, para volcar sus sentimientos, revolucionados por algo que le cuesta expresarlo, porque lo que importa no es sólo lo que se siente, sino lo que se pueda escuchar del otro.
Y así, mientras cuenta los últimos días del año, va materializando sus esperanza con la voluntad de llevar a cabo sus anhelos, de aquel día en que vuelva a sus pasos, con la sonrisa que la cautivó desde ese instante en que sus miradas se cruzaron.
Mientras el sol pega fuerte, seguirá esperando...
Para la Guada que me ayudó a esbozar el contexto, y que me banca en la distancia...
Ya no era lo mismo, buscaba otro cambio. Otro rumbo, otra dirección, otros brazos, otra boca. Otros ojos que miraran su interior, y valoraran su verdadera esencia. Otro cuerpo que se funda con el suyo, para formar la mejor de las melodías, y otro ser con el cual compartiera sus silencios y sus palabras.
Mira a su alrededor, y sólo ve monotonía... aguanta tanto como puede las lágrimas, y calla el grito de lo irrealizable. Ni el frío la espabila para reaccionar aunque sea sólo un poco, y maquina su cabeza con ideas vacías, porque no encuentra con qué llenarlas, o aún no lo ha encontrado.
Tanto cuesta arriesgarse en estos momentos, que teme caer otra vez en la depresión, y si no sale, ¿volver a lo mismo?
Y en la soledad, se refugia en las letras, para volcar sus sentimientos, revolucionados por algo que le cuesta expresarlo, porque lo que importa no es sólo lo que se siente, sino lo que se pueda escuchar del otro.
Y así, mientras cuenta los últimos días del año, va materializando sus esperanza con la voluntad de llevar a cabo sus anhelos, de aquel día en que vuelva a sus pasos, con la sonrisa que la cautivó desde ese instante en que sus miradas se cruzaron.
Mientras el sol pega fuerte, seguirá esperando...
Para la Guada que me ayudó a esbozar el contexto, y que me banca en la distancia...
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